Mújica Láinez cuenta en primera persona, y a la vez como individuo que vive en el siglo veinte, la vida del príncipe renacentista romano Pier Francesco Orsini, personaje real del siglo XVI conocido por haber creado a pocos kilómetros de Roma unos jardines adornados por extravagantes e impactantes esculturas construidas en roca viva. Nacido cojo y jorobado y segundo en el orden sucesorio de su familia, Pier Francesco, llamado Vicino, vive en el desprecio y la burla de sus padres y hermanos y sólo tiene el cariño de su abuela además de una profecía realizada el día de su nacimiento que le indica que vivirá eternamente y un anillo que le regala el artista Benvenuto Cellini y que llevará siempre como amuleto. Educado en Milán, con los Medicis, Vicino muestra pronto su temperamento siniestro y despiadado al ordenar el asesinato de un hermano bastardo que se ha acostado con la mujer que él ama infructuosamente. Más tarde, tras asistir impávido a cómo su hermano mayor se ahoga, con la complicidad de su amada abuela, Vicino se convierte en el heredero y poco después en el titular del ducado de Orsini. Casado con una mujer, Julia Farnesio, con la que es incapaz de afrontar el acto sexual (aunque sí con otras) y obsesionado con la posibilidad de que Maerbale, su hermano menor, maniobre contra él para obtener el título, Vicino construye un plan para asegurarse un sucesor que lleva a cabo con éxito: provocar la infidelidad de su esposa con el propio Maerbale y hacerle luego envenenar. No obstante, al ver a su esposa caída en la infidelidad, su visión de ella parece cambiar y se hace capaz de tener relación sexual con ella, de modo que nunca estará seguro de si el padre del primogénito que le nace es él o el hermano asesinado. Conoce al famoso científico Paracelso, que le cura de una enfermedad y le anima a buscar los escritos de un antepasado suyo que parecía haber encontrado la mítica piedra filosofal. Para dar una seña de identidad a su paso por el ducado de Orsini, decide construir el bosque de Bomarzo, sembrado de impactantes bloques de piedra que muestran escenas mitológicas y personajes religiosos. Además, se hace con un leopardo como mascota que en una ocasión, después de que Orsini sufre una extraña visión diabólica en su propio espejo, rompe la cuerda y le ataca, hiriéndole de gravedad, aunque se recupera. Viudo y casado en segunda nupcias con Cleria, en la que va criando un gran resentimiento con sus desprecios, Vicino acude a la batalla de Lepanto, donde morirá su hijo y conocerá a un joven soldado español aficionado a la literatura, de nombre Miguel de Cervantes, que le regalará un poemario de Garcilaso de la Vega. De vuelta a su posesión de Bomarzo, sus alquimistas le anuncian que han conseguido desarrollar la fórmula alquímica de su antepasado y tienen a su disposición la bebida que le dará la vida eterna, con lo que se cumplirá la profecía. Sin embargo, mientras se la están administrando, cae en la cuenta de que en realidad le están envenenando bajo la instigación de su esposa y un hijo de su hermano Maerbale. Conocemos entonces que la voz narradora, que hemos creído la del propio protagonista eternizado, es en realidad la del propio Mújica Láinez, que se confiesa hechizado por el personaje desde que visitó por primera vez Bomarzo. Construida en coordenadas muy cercanas a la de la novela historia de intriga y evasión que en la actualidad copa las horas del lector menos exigente, pero con una inmensa pulcritud narrativa, la obra de Mújica Láinez no pasa de ser una recreación historicista no demasiado imaginativa ni vibrante, demasiado prolija en ceremonias y recreaciones de personajes históricos. Su mayor baza de originalidad reside en el punto de vista narrativo, es decir, en esa narración desde el siglo veinte que parece corrobar las perspectivas de inmortalidad del personaje. Pero las buenas expectativas que provoca este recurso se convierten al final en total decepción, al revelarse como un mero artilugio narrativo ajenoa cualquier solución fantástica